sábado, 23 de agosto de 2014

Entre todos

Quizás no resulte evidente que la suma de cada búsqueda individual de la prosperidad, a través del mercadeo en libertad, de millones de personas a través de miles de años, explica la asombrosa prosperidad social actual. Sin embargo así es y cualquier otra explicación resulta fallida.










Tal vez porque esta realidad implica aceptar que la prosperidad precisa de libertad, esfuerzo, incertidumbre, creatividad, competitividad, mérito, colaboración, ausencia de violencia, seguridad jurídica... y ese tipo de cosas que, aunque proporcionan prosperidad, no nos aseguran la misma prosperidad a todos y a la vez, es por esta asimetría que resulta tan frecuente que haya quien prefiera prescindir de todo esto a cambio de que se le dé cierta prosperidad con absoluta seguridad.




Entender que esa renuncia acaba con toda posibilidad de prosperidad alguna, resulta siempre algo dolorosamente empírico.


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