domingo, 16 de agosto de 2015

Libertarios, cuatro gatos y el de la flauta.

Siendo racionales, emocionales y sociales como somos, nos regimos por imperativos racionales, emocionales y sociales.

La ética de la libertad es un imperativo racional impecable.

Pensar que es un imperativo superior a los imperativos emocionales o a los sociales, es un error.

Los imperativos racionales se imaginan imbatibles y nos hacen sentir coherentes y superiores.

Los imperativos emocionales ignoran la razón y nos hacen sentir vivos y acompañados.

Los imperativos sociales ligan más con la emoción que con la razón y nos hacen sentir útiles y seguros.

Cuando hay conflictos entre estos imperativos, tan solo cuatro gatos y el de la flauta imponen la coherencia.

Tener razón y acertar no son sinónimos.