domingo, 15 de febrero de 2015

Obligaciones





Hacemos muchas, muchas cosas por obligación


La mayoría son obligaciones consensuadas, pactadas, acordadas, fruto de un acuerdo que implica unos deberes y unas contraprestaciones. La libertad, la responsabilidad y la revisión tanto de los términos como de su cumplimiento, las rigen.


Y luego están los impuestos, que ya el nombre ahorra explicaciones.

En ellos puedes comprobar el consenso, el pacto, el acuerdo, tus deberes y las contraprestaciones, tu libertad y tu responsabilidad, también puedes revisar los términos y su cumplimiento.

Comprueba y revisa una vez y te harás liberal, comprueba y revisa una segunda vez y te harás filolibertario, no compruebes ni revises nada y seguirás pagando y sonriendo porque eres un buen contribuyente.






sábado, 7 de febrero de 2015

La libertad es un verdadero engorro

Si lo que yo pretendo es la seguridad de tener un mínimo sustento garantizado, para mí y ya puestos para todos, por justicia y solidaridad, pues preciso del Estado para que organice estas justas y altruistas demandas.

El Estado pretende colmar estas demandas, caras demandas, obteniendo coactivamente recursos de los ciudadanos ( impuestos ), interviniendo en cómo consiguen los recursos los ciudadanos ( legislación ) y organizando a quién, cuándo, cuánto, cómo y por qué se redistribuyen las rentas ( políticas sociales ).

Perdemos nuestras rentas y nuestra libertad a cambio de justicia social, porque la anhelada justicia social es cara y porque la libertad es un engorro para conseguirla, demasiada incertidumbre, el mérito y la generosidad podrían ser insuficientes para colmar la dignidad de todos.

Frente a la incertidumbre de si una sociedad libre podría atender las necesidades de sus más necesitados, está la certeza de que el Estado, con su coacción, su arbitrariedad y su ineficacia, no es capaz de atenderlas y al tiempo genera injusticias y perjuicios sociales.

Si lo que yo pretendo es ser libre, y ya puestos, que lo seamos todos, pues he de reconocer que la libertad es un verdadero engorro porque las relaciones entre individuos libres son complejísimas, pero el tinglado establecido no parece ser la solución a nada.




Si no puedes cuestionarte el Estado, enhorabuena, perteneces a la inmensa mayoría que apuesta por la justicia social sin mirar en costes ni resultados.

Si te cuestionas el papel del Estado en la expropiación de los ciudadanos y el recorte de sus libertades, así como una necesaria fiscalización de sus actuaciones, pues eres un liberal, minoritario, incomprendido y a medio camino de ningún sitio, eso sí, hay que reconocerte tu espíritu crítico, tu inconformismo y tu anhelo de una verdadera justicia social.

Si no esperas nada bueno del Estado, vistos sus métodos y resultados, y lo tienes por injusto y perjudicial, entonces eres un filolibertario, un raro, alguien que entiende su entorno, cómo se ha conformado y por qué es disfuncional.

La libertad es un verdadero engorro, pero te da consciencia, responsabilidad y criterio. No son malas herramientas para transitar tan abrumadoras circunstancias.