miércoles, 20 de abril de 2016

Imposiciones

Un libertario aboga por no imponer por la fuerza, nada excepto su integridad física-propiedad, a nadie.

El sistema democrático consiste en imponer a todos y mediante la ley, es decir, policías y cárceles, las ideas del sector mayoritario, con la ilógica de que el número define la bondad y la justicia  de la idea, y con la evidencia de que la amenaza de las armas y la prisión evita derramamientos de sangre, aunque no aporta probidad.

La mayoría no otorga per sé ética, verdad o eficacia.

El hecho de que la democracia sea el más civilizado de los sistemas opresores no le convierte en un sistema no impositivo.

Soy libertario y no soy demócrata porque desapruebo todos los sistemas impositivos, incluido el democrático.

Acatar bajo amenaza de cárcel leyes que se oponen a tu concepción del mundo y llamarlo paz y convivencia es discutible.

Cumplir normas y leyes consensuadas y contratadas a diario en tus relaciones personales y familiares, en tus relaciones sociales y laborales, en tus relaciones comerciales, en las relaciones... asumiendo las consecuencias de su incumplimiento, es algo que hacemos todos con naturalidad e incluso se acepta con normalidad como modelo de relación entre países. Ahora bien, en las relaciones políticas nada de esto es viable y debe haber un sistema impositivo versus el caos.

¿Seguro?





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